Brasil prohíbe el uso de celulares en escuelas
La medida busca proteger la salud y el aprendizaje juvenil
El Congreso de Brasil aprobó una ley que prohibirá el uso de teléfonos celulares en las escuelas de primaria y secundaria, en un esfuerzo por salvaguardar la salud mental, física y psíquica de niños y adolescentes. La normativa, que abarca a estudiantes de entre 4 y 17 años, ahora debe ser ratificada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para entrar en vigor.
La decisión llega en medio de crecientes preocupaciones por los efectos nocivos de las pantallas en la concentración y el aprendizaje. Según datos del Comité Gestor de Internet de Brasil, casi dos tercios de las escuelas ya restringen el uso de dispositivos móviles, pero solo el 28% los prohíben completamente. La nueva ley busca uniformar estas restricciones y extenderlas a todo el país.
El texto de la ley permite excepciones para el uso pedagógico de los dispositivos o por razones de accesibilidad. Además, establece que las instituciones educativas deben desarrollar estrategias para abordar los problemas de salud mental asociados al uso excesivo de tecnología.
El ministro de Educación, Camilo Santana, ha respaldado la medida, afirmando que “el celular acabó con la socialización de las personas” y destacando estudios internacionales que muestran cómo la prohibición de celulares en aulas puede mejorar el rendimiento académico, especialmente entre los estudiantes con dificultades de aprendizaje.
Un informe reciente de la UNESCO respalda esta postura, señalando que limitar el uso de teléfonos móviles en entornos escolares puede beneficiar el desempeño académico. Sin embargo, también advierte que proteger en exceso a los estudiantes de las nuevas tecnologías podría generar desventajas en su adaptación al mundo digital.
El respaldo social a esta medida es amplio. Un sondeo realizado en octubre por el Instituto Locomotiva y QuestionPro reveló que el 82% de los padres brasileños apoyan la prohibición de celulares en las escuelas. Este consenso refleja la preocupación de las familias por el impacto de los dispositivos en el desarrollo de sus hijos.
La implementación de esta ley también busca mitigar una situación generalizada: más de la mitad de los adolescentes brasileños entre 10 y 13 años ya poseen teléfonos móviles, y el porcentaje aumenta al 87,6% entre los jóvenes de 14 a 17 años.
“Las experiencias internacionales demuestran que el uso de celulares en las aulas contribuye al déficit de atención”, afirmó Santana, reafirmando la necesidad de limitar su uso. La norma también contempla prohibir los teléfonos durante los recreos, buscando fomentar la interacción social entre los estudiantes.
Brasil se une así a un reducido grupo de países que han adoptado medidas legislativas para restringir los teléfonos móviles en escuelas. Aunque a nivel global menos de una cuarta parte de los países cuenta con normativas similares, el ejemplo brasileño podría marcar tendencia en América Latina y otras regiones.
Ahora, la decisión final está en manos del presidente Lula da Silva. Si ratifica la ley, las escuelas de todo Brasil comenzarán a aplicar estas restricciones, marcando un cambio significativo en la dinámica educativa del país.