
China y Canadá imponen aranceles en respuesta a medidas de Trump
Las represalias comerciales elevan la tensión y amenazan la estabilidad económica global, impactando a sectores clave y consumidores estadounidenses.

Los nuevos aranceles del 25 % impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre las importaciones de México y Canadá, así como el aumento del 10 % al 20 % en los aranceles sobre productos chinos, han generado una respuesta inmediata por parte de estos países. China y Canadá anunciaron medidas de represalia que elevan la tensión comercial y podrían afectar significativamente a la economía global.
China implementó aranceles del 15 % sobre productos agrícolas estadounidenses, incluyendo pollo, trigo, maíz y algodón. También impuso un 10 % adicional sobre el sorgo, la soja, la carne de cerdo, la carne de res, productos marinos, frutas, verduras y productos lácteos. Además, restringió las exportaciones de materiales estratégicos a empresas estadounidenses.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, afirmó que su país no se someterá a presiones y está dispuesto a responder con firmeza si EE.UU. insiste en continuar con la guerra comercial. En paralelo, la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado de China reiteró que las nuevas medidas buscan afectar sectores clave para la economía estadounidense sin cerrar la posibilidad de futuras negociaciones.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, respondió con aranceles del 25 % sobre bienes estadounidenses por un valor de 30.000 millones de dólares canadienses (aproximadamente 20.700 millones de dólares estadounidenses). Estos gravámenes afectan productos como lácteos, carnes, cereales, bebidas alcohólicas, calzado, motocicletas, cosméticos y productos de papel. Trudeau advirtió que, si la situación no se revierte en un plazo de 21 días, se impondrán aranceles adicionales por 125.000 millones de dólares canadienses.
En su discurso, el líder canadiense calificó la medida de Trump como un error estratégico y aseguró que Canadá no retrocederá en la defensa de sus intereses comerciales. También anunció que su gobierno emprenderá acciones legales ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Las consecuencias económicas de esta escalada arancelaria se reflejan en la caída de las acciones de importantes fabricantes automotrices con presencia en México. Volkswagen registró una baja cercana al 4 %, mientras que Stellantis, propietaria de marcas como Chrysler y Jeep, descendió un 7 % en los mercados bursátiles.
El argumento del gobierno de Trump para imponer estos aranceles es frenar el flujo de fentanilo hacia EE.UU., señalando a México y Canadá por no abordar de manera efectiva la crisis de drogas. Sin embargo, expertos económicos advierten que estas medidas pueden impactar negativamente en la inflación y en el costo de vida de los ciudadanos estadounidenses, al encarecer productos esenciales importados de estos países.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, adelantó que su gobierno anunciará represalias comerciales el domingo, incluyendo medidas arancelarias y estrategias no impositivas para mitigar el impacto en la economía nacional. Además, sostuvo que tendrá una conversación con Trump el jueves para abordar el conflicto comercial.
Trump, por su parte, respondió con la amenaza de incrementar aún más los aranceles sobre Canadá y México si estos países continúan con sus medidas de represalia. También sugirió que podría imponer nuevas restricciones a la importación de madera y productos agrícolas, lo que podría intensificar aún más la disputa comercial.
La situación ha generado incertidumbre en los mercados internacionales, con preocupaciones sobre el impacto en el comercio global y la estabilidad económica. Analistas prevén que, de no alcanzarse una solución diplomática, estas medidas podrían derivar en una guerra comercial prolongada con consecuencias económicas adversas para todas las partes involucradas.
